miércoles, 20 de mayo de 2009

Trabajo Práctico Nº 2

Números que asustan

En la nota anterior, titulada Hagamos historia, se dio una introducción al tema a desarrollar. La contaminación del río Matanza – Riachuelo debe afectarnos a tal punto de resultarnos imposible de aceptar la situación actual. Se han dado varios datos en el desarrollo de la nota. Así, creo necesario demostrar con números lo planteando en el texto anterior.
Empecemos cronológicamente. Se dijo que el saneamiento del río es una cuestión histórica y rara vez tratada en la agenda política (salvo en tiempos de elecciones). Lanación.com publicó en 2007 y actualiza de vez en cuando, la problemática del Riachuelo. En su espacio Especiales multimedia, cuenta la historia de la Cuenca año tras año. El primer registro que ofrecen es en 1810, cuando se instalaron los saladeros, quines resultaron ser la primera fuente de contaminación. Al año, las autoridades se comprometieron a limpiarlo de los desechos ocasionados por las curtiembres, saladeros y mataderos. En 1854 se comprobó por primera vez la imposibilidad de vida orgánica en la zona. Ya en otro siglo, 1917 específicamente, Nación y Provincia acordaron sanearlo, no hay registros de los avances de esas obras. Luego de esa fecha, el Riachuelo sufre un abandono de más 67 años. Recién en 1980 comenzaron una limpieza del lecho de los buques hundidos. En 1987 en un convenio entre Nación, Provincia y la Ciudad de Buenos Aires se estipuló la inversión de 1000 millones para resolver los problemas ambientales. 1993: Maria Julia y sus mil días. En el 2003 el defensor del pueblo Eduardo Mondino declaró emergencia ambiental presentando un informe sobre la Cuenca. 2005: Kirchner y De Vido quisieron sanear el río contratando a la empresa china llamada Río La Perla, con experiencia en el campo, nunca se llegó a nada. En el 2006 la Corte intimó al Estado a presentar un plan de saneamiento en 30 días (las autoridades tardaron 4 meses). 60 días después, diputados lo convirtió en ley. 2007: las empresas negaron responsabilidades. Y finalmente, en el 2008, el Gobierno pidió un préstamo de 200 millones para el saneamiento.[1]
El sitio Parlamentario.com adhiere a ubicar los comienzos de la contaminación en el siglo XIX: “ya en 1822 el Riachuelo estaba sucio y por esa razón el Gobierno decretó prohibir la instalación de saladeros, curtiembres y fábricas, aunque sin resultados visibles. A mediados de 1871 seguía contaminado y la Cámara de Diputados bonaerense acordó canalizarlo y limpiarlo...”.[2]
Ya por estos tiempos, Clarín ha publicado notas esporádicas respecto al tema. Una de ellas, del año 2003, citando a la Asociación vecinos de la Boca, da cuenta que el 55% de los vecinos de la Cuenca no tienen cloacas y el 35% no tiene agua potable.[3] En otra de sus notas, subida por Barrameda.com, vuelve a insistir en que los desechos cloacales y la basura, junto con las industriales, son fuentes principales de la contaminación. Además de los datos anteriormente citados, la Cuenca recibe 368.000 metros cúbicos de aguas residuales domésticas por día y sólo el 5% recibe tratamiento previo.[4]
Greenpeace realizó un informe muy completo en abril de este año. Con respecto a la otra fuente principal de contaminación, la industrial, asegura que diariamente se descargan en el río 88.000 metros cúbicos de líquidos industriales. Según esta fuente, “datos no muy certeros indican que de las 3.000 empresas relevadas en la cuenca, 100 son responsables de alrededor del 83% de la contaminación industrial”.[5] Si bien fuentes oficiales dicen que hay poco más de 4.000 empresas en la Cuenca, se cree que en realidad hay entre 12.000 y 15.000 pequeñas y medianas empresas. Otro dato, brindado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable a través de un estudio, reveló que las curtiembres son las que más desechos arrojan: 50%. A estas le siguen los frigoríficos, con un 20%. El restante 30% lo completan empresas de diferentes campos.[6]
A modo de conclusión: los números no hacen más que demostrar una situación que es tan evidente que asusta. Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia. El citado informe de Greenpeace es muy completo y se recomienda la lectura completa del documento para informarse de la situación actual del Riachuelo y su Cuenca. El segundo paso es actuar: no empeorar la situación y obligar al Estado a cumplir sus promesas. Contribuir en el saneamiento del Riachuelo y su Cuenca debe ser una obligación de todos los ciudadanos y no solamente de los vecinos afectados.

[1] http://especiales.lanacion.com.ar/multimedia/item.asp?m=15
[2] http://parlamentario.com/articulo-153.html
[3] http://www.porlareserva.org.ar/Noti030410.htm
[4] http://www.barrameda.com.ar/articulo/riachue1.htm
[5] http://www.greenpeace.org/raw/content/argentina/contaminaci-n/plan-de-rescate-para-el-riachu.pdf, Pág. 2 y 3
[6] http://www.greenpeace.org/raw/content/argentina/contaminaci-n/plan-de-rescate-para-el-riachu.pdf, Pág. 6

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